¡Planta cara a los 4 saboteadores más
habituales y pierde hasta 5 kilos!
Puede que no los veas, pero están ahí. Escondidos entre los
cajones de tu nevera, agazapados entre el tarro de garbanzos y las latas de
atún al natural. Nadie los ha invitado, pero han sabido colarse en tu vida. Y
han venido dispuestos a echar por tierra tus planes de acabar, de una vez por
todas, con esa barriga. Sus mejores armas son tus debilidades. Con ellas
dispararán a quemarropa en cualquier momento para provocar múltiples daños… a
menos que sepas cómo protegerte frente a ellos.
Son los saboteadores de la dieta. Alimentos y costumbres que
tienen la capacidad de hacer fracasar tu intento de perder los kilos que te
sobran. Algunos incluso pasan por aliados en un primer momento, para revelar
más adelante su cara más maligna. Pero tranquilos: hay solución. Basta con
saber reconocerlos para crear tu particular chaleco antibalas.
Ataque 1: pasar hambre
Demasiadas personas piensan que para perder peso es
necesario pasar hambre. De ahí la popularidad de los ayunos, que a la larga en
realidad potencian la capacidad de almacenamiento del organismo. “El
hambre te lleva a momentos de debilidad donde te será muy difícil escoger bien
y acabarás comiendo de cualquier manera”. ¿La solución? Reparte tus
ingestas a lo largo del día, de manera que nunca llegues a la siguiente comida
con hambre.
Ataque 2: comer fuera de casa
Nada menos que el 72% de los trabajadores come fuera de
casa, según el barómetro FOOD (Fighting Obesity through Offer and Demand). Los
productos más consumidos son los elaborados con pan blanco, seguidos de papas,
bollería industrial (panadería), y embutidos. No: ninguno de ellos te ayudará a
perder peso ni a ganar músculo. ¿Qué hacer? Pues tirar de lonchera.
Es la manera más segura de no caer en las tentaciones. Si no puedes llevarla,
opta por ensalada de primero y pescados o carnes blancas a la plancha de
segundo. ¡Y no lo arruines con el
postre!
Ataque 3: ser demasiado estricto
“Muchos tienen divididos mentalmente los alimentos entre el sí y el
no”, “Esto genera una gran sensación de culpa cuando comen algún alimento
prohibido. Cuando eso ocurre, piensan que ya todo está perdido y es entonces
cuando su dieta se convierte en un desastre hasta que consiguen volver a la
calma”.
Si algo te apetece mucho, cómelo moderadamente y con gusto.
Si lo haces con sentimiento de culpa, lo harás rápido y acabarás necesitando
más cantidad para saciar el deseo.
Ataque 4: las calorías líquidas
Puede que te pares a contar las calorías de todo lo que
comes. Pero, ¿qué hay de lo que bebes? “Lo cierto es que una copa de vino o una
cerveza tienen entre 100-150cal, una lata de gaseosa te aporta unas 3,5
cucharadas soperas de azúcar y un vaso de jugo de brick puede tener las mismas
calorías de tres naranjas, pero sin su aporte de fibra”.
Ponle remedio haciendo del agua tu bebida de referencia. ¿Demasiada
sosa? Pues empieza con las infusiones como él te verde o diluye en ella unas
gotas de limón.
Un saludo.
H.E.V.S
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