miércoles, 22 de abril de 2015

La dieta antibalas



¡Planta cara a los 4 saboteadores más habituales y pierde hasta 5 kilos!



Puede que no los veas, pero están ahí. Escondidos entre los cajones de tu nevera, agazapados entre el tarro de garbanzos y las latas de atún al natural. Nadie los ha invitado, pero han sabido colarse en tu vida. Y han venido dispuestos a echar por tierra tus planes de acabar, de una vez por todas, con esa barriga. Sus mejores armas son tus debilidades. Con ellas dispararán a quemarropa en cualquier momento para provocar múltiples daños… a menos que sepas cómo protegerte frente a ellos.
Son los saboteadores de la dieta. Alimentos y costumbres que tienen la capacidad de hacer fracasar tu intento de perder los kilos que te sobran. Algunos incluso pasan por aliados en un primer momento, para revelar más adelante su cara más maligna. Pero tranquilos: hay solución. Basta con saber reconocerlos para crear tu particular chaleco antibalas.


Ataque 1: pasar hambre

Demasiadas personas piensan que para perder peso es necesario pasar hambre. De ahí la popularidad de los ayunos, que a la larga en realidad potencian la capacidad de almacenamiento del organismo. “El hambre te lleva a momentos de debilidad donde te será muy difícil escoger bien y acabarás comiendo de cualquier manera”. ¿La solución? Reparte tus ingestas a lo largo del día, de manera que nunca llegues a la siguiente comida con hambre.



Ataque 2: comer fuera de casa

Nada menos que el 72% de los trabajadores come fuera de casa, según el barómetro FOOD (Fighting Obesity through Offer and Demand). Los productos más consumidos son los elaborados con pan blanco, seguidos de papas, bollería industrial (panadería), y embutidos. No: ninguno de ellos te ayudará a perder peso ni a ganar músculo. ¿Qué hacer? Pues tirar de lonchera. Es la manera más segura de no caer en las tentaciones. Si no puedes llevarla, opta por ensalada de primero y pescados o carnes blancas a la plancha de segundo. ¡Y no lo arruines con el postre!



Ataque 3: ser demasiado estricto

“Muchos tienen divididos mentalmente los alimentos entre el sí y el no”, “Esto genera una gran sensación de culpa cuando comen algún alimento prohibido. Cuando eso ocurre, piensan que ya todo está perdido y es entonces cuando su dieta se convierte en un desastre hasta que consiguen volver a la calma”.

Si algo te apetece mucho, cómelo moderadamente y con gusto. Si lo haces con sentimiento de culpa, lo harás rápido y acabarás necesitando más cantidad para saciar el deseo.



Ataque 4: las calorías líquidas

Puede que te pares a contar las calorías de todo lo que comes. Pero, ¿qué hay de lo que bebes? “Lo cierto es que una copa de vino o una cerveza tienen entre 100-150cal, una lata de gaseosa te aporta unas 3,5 cucharadas soperas de azúcar y un vaso de jugo de brick puede tener las mismas calorías de tres naranjas, pero sin su aporte de fibra”.

Ponle remedio haciendo del agua tu bebida de referencia. ¿Demasiada sosa? Pues empieza con las infusiones como él te verde o diluye en ella unas gotas de limón.



Un saludo.


H.E.V.S





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