Una dieta equilibrada y saludable significa, dar a nuestro
cuerpo todos los nutrientes necesarios para su correcto mantenimiento,
funcionamiento y desarrollo, también en la cena deberemos incluir una serie de
nutrientes imprescindibles, para afrontar las largas horas de ayuno hasta la
mañana siguiente.
Las principales características de una cena saludable serán
por tanto ligera, nutritiva y completa. Pero ¿cómo hacerlo?
Se aconseja reducir la ingesta de
alimentos con gran aporte energético
Reducir el consumo de alimentos
ricos en grasa (además este tipo de alimentos provoca digestiones muy
pesadas), de este modo evitaremos a la hora de la cena,
embutidos, fritos, salsas y aderezos. También se aconseja evitar los
carbohidratos de absorción rápida (alimentos ricos en
azúcar).
No comer carbohidratos, lo que
significa es que, los hidratos de carbono que comamos en la cena deberán ser de
absorción lenta, como por ejemplo, las verduras.
Los alimentos ricos en proteínas juegan
a esta hora un papel fundamental, ya que se digieren con facilidad y provocan
una prolongada sensación de saciedad. Los alimentos proteicos más recomendados
para la última comida del día son las carnes magras de pollo o pavo, el pescado
y los huevos.
Por último, un consejo para mejorar la calidad de nuestro
sueño: No cenar inmediatamente antes de ir a la cama y hacerlo en un ambiente
relajado y tranquilo, comiendo despacio, masticando bien y disfrutando de cada
bocado.
Los alimentos que ayudan a dormir mejor y a combatir el
insomnio son aquellos ricos en triptófano: leche
descremada claro y derivados lácteos como el yogurt griego, batidos de proteína,
frutos secos (almendras, nueces o pistachos), cereales integrales (avena, salvado
de trigo, quinua) huevos (claras), carnes magras de pollo o pavo, y pescados
(sobre todo pescado azul).
Ojo ya lo sabemos entonces: a cenar bien y sano y dulces
sueños.
Un saludo.
H.E.V.S
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