La carne de cerdo es una de las más consumidas en el mundo
pero tradicionalmente ha tenido mala fama debido a falsas creencias populares.
Actualmente sabemos que también puede ser una carne saludable para la
alimentación de toda la familia, con partes con poca grasa, un gran contenido
en proteínas y minerales, y es una de las más digestivas y versátiles en la
cocina.
¿Conoces todas las propiedades de la
carne de cerdo?
Durante mucho tiempo se ha creído que la del cerdo es una
carne poco saludable, un mito basado en el error de creer que tiene mucha
grasa. Lo cierto es que gran parte de esas grasas son ácidos grasos saludables,
ofreciendo cortes muy magros semejantes a los del pollo o pavo, con grasa
visible que se puede retirar fácilmente. La clave está en saber qué partes del
cerdo elegir, como el lomo o el solomillo, y cocinarlas de manera sana dentro
de una dieta equilibrada.
Desmintiendo los falsos mitos
El principal mito que ha desprestigiado el consumo de carne
de cerdo deriva de la leyenda popular de que es una carne con mucha grasa, algo
totalmente erróneo. Aunque tradicionalmente ha sido considerada como carne
roja, la Unión Europea la ha denominado recientemente carne blanca. Se trata de
una carne magra y con un contenido en grasas muy inferior al de otras carnes
como la de vaca o el cordero. La carne de cerdo sólo contiene 2,65 g de grasa
total por cada 100 g, con 1,1 g de ácidos grasos mono insaturados y 0,65 g de
ácidos grasos poliinsaturados, es decir, de grasas buenas.
Como hemos señalado, el cerdo es una carne blanca que se
asemeja a las propiedades de la carne de pollo. Está compuesta por fibras
blancas, lo que la hace más tierna al masticar y más digestiva, y su bajo
contenido en grasas la diferencia de las carnes rojas como las de vacuno y
ovino. Además, cerca del 70% de la grasa del cerdo es subcutánea, por lo que se
puede extraer con facilidad y así disfrutar de cortes de carne prácticamente
libres de grasas, como el lomo. En relación a esto, investigadores de la
Universidad de Buenos Aires llegaron a la conclusión tras varios estudios de
que la carne de cerdo es una alternativa saludable en la dieta, eligiendo
siempre las partes más magras.
Todas estas cualidades hacen que el cerdo sea un alimento
muy recomendable para cualquier tipo de dieta equilibrada, Por su bajo
contenido en colesterol, teniendo el lomo apenas 58 mg frente a los 71,9 mg del
pollo o los 76 mg de la paleta cordero, es una carne adecuada para prevenir el
desarrollo de enfermedades cardiovasculares y mantener bajos los niveles de
triglicéridos.
Además de ser una carne naturalmente magra, la carne de
cerdo es muy rica en nutrientes, vitaminas y minerales. Es una fuente excelente
de proteínas de alta calidad, con un 40% de aminoácidos esenciales
fundamentales para formar, mantener y reparar los tejidos de nuestro organismo,
músculos y huesos, algo fundamental si se practica deporte con regularidad.
Destaca también por su contenido en minerales, especialmente
en hierro, zinc, fósforo, sodio y potasio, muy recomendable para evitar anemias
y en la formación y mantenimiento de huesos y dientes. En cuanto a las
vitaminas, en el cerdo sobresalen las hidrosolubles, vitaminas del grupo B.
Concretamente hay que señalar el alto contenido de B1, ya que es la carne con
más cantidad de esta vitamina, y también de B12, B6, niacina y riboflavina.
Todas ellas son fundamentales para un buen funcionamiento del sistema nervioso
e inmunitario.
Una carne para toda la familia
La gran riqueza nutricional de la carne de cerdo la
convierte en un producto muy adecuado para el consumo de toda la familia. Por
su contenido energético equilibrado y su aporte de proteínas, vitaminas y
minerales esenciales destaca como una carne ideal para introducir en la
alimentación semanal a cualquier edad. Como se señala en el libro 'Carne de
cerdo en la nutrición y la salud', es recomendable el consumo de carne de cerdo
unas 3-4 veces por semana.
Al ser una carne magra, y estando casi toda la grasa bien
localizada, cada consumidor puede elegir los cortes de carne de cerdo que más
se adapten a sus necesidades. Destacan especialmente el lomo y el solomillo,
piezas muy tiernas y versátiles de las que se puede separar prácticamente toda
la grasa visible con facilidad. Por ello son perfectas para la dieta del
deportista, que busca sobre todo proteínas de alto valor nutricional con el
mínimo de grasas saturadas.
Por su contenido en grasas saludables, proteínas de alta
calidad, vitaminas y minerales, es una carne muy adecuada para los niños y
adolescentes, que necesitan un buen aporte energético para el correcto
desarrollo de su organismo y crecer de forma sana. A los niños les gusta
especialmente por su sabor suave y su textura tierna, fácil de masticar, por lo
que también es adecuada para la gente mayor que no debe descuidar la ingesta de
proteínas.
En la edad adulta la carne de cerdo se adapta a todas las
necesidades, ofreciendo una gran variedad culinaria sin necesidad de
complicarse mucho a la hora de cocinarla. Los cortes más magros son ideales
para los deportistas, que tienen grandes necesidades proteicas, y también para
embarazadas. Las vitaminas B12, B1 y minerales como el zinc son esenciales para
el correcto desarrollo del feto, la B12 ayuda en la replicación celular y el
hierro evita posibles casos de anemia.
Cómo sacarle el máximo partido en la
cocina
La carne de cerdo tiene una larga tradición culinaria en
nuestro país, con diferentes formas de prepararla y muchas recetas típicas
según la región. Es una carne muy versátil de la que se aprovecha casi todo,
económica y adecuada para cualquier ocasión. Para sacarle el máximo partido en
la cocina no hace falta complicarse, lo mejor es apostar por elaboraciones
sencillas y acompañar la carne de verduras y hortalizas para aprovechar todas
sus propiedades saludables.
Algunos de los cortes de cerdo más recomendables por su
versatilidad en la cocina son el solomillo, el lomo, los filetes y los escalopes. Son ideales para hacer a la
plancha, guisar o asar al horno. Para preparar platos de cerdo saludables es
mejor evitar los rebozados, fritos y las salsas calóricas, y apostar mejor por el
uso de hierbas y especias aromáticas, marinados ligeros y acompañamientos de
verduras.
Por ejemplo, para saltear utiliza una sartén o wok
antiadherente, añade un poco de aceite de oliva virgen extra y cocina con el
fuego fuerte la carne cortada en piezas pequeñas, del mismo tamaño que las
verduras que más te gusten. Saltea con energía el tiempo justo, sin pasarte de
cocción, para mantener todas las vitaminas y minerales, y aliña con un poco de
zumo de limón.
El horno es otra de las técnicas de cocina más sanas y
sencillas donde puedes cocinar el lomo, solomillo o incluso filetes. Añade a la
fuente vegetales de temporada y rocía la carne con vino, zumo de naranja o
caldo de verduras para mantenerla jugosa. Las especias potenciarán el sabor de
la carne, y recuerda que en el horno es mejor una cocción larga con la
temperatura moderada.
En conclusión, los cortes magros de la carne de cerdo se
presentan como una alternativa saludable para introducir en nuestra
alimentación, gracias a su bajo contenido en grasas y su gran riqueza
nutricional. Hay que olvidarse de los falsos mitos que todavía persisten en
torno a ella y apostar por las piezas de calidad dentro de una alimentación
equilibrada. Elige el corte de carne de cerdo que más se adapte a tus
necesidades y sorprende en casa con platos variados, sanos y llenos de sabor.
Un saludo.
H.E.V.S
No hay comentarios.:
Publicar un comentario