Cuando empezamos la aventura de hacer una dieta para perder
o ganar peso, la báscula, hasta entonces nuestra enemiga número uno, se
convierte simplemente en nuestra compañera de todas las horas; es difícil
resistir la tentación de pasar por ella sin comprobar el peso corporal.
El problema es que este hábito inocente, esta simple
curiosidad, puede convertirse en algo más serio, perjudicar los resultados de
la dieta y aumentar la ansiedad. Según un estudio realizado, entre 125 personas
con o sin trastornos alimenticios, las que estaban más insatisfechas con su
cuerpo tienden a pesarse con más frecuencia. Si el resultado no es el esperado
entre los números de la báscula, la persona puede acabar desanimando con la
dieta, creyendo que sus esfuerzos son en vano.
Pesarse en exceso puede también llevar a la depresión e
incluso distorsión de la imagen corporal, uno de las claves para abrir las
puertas de problemas como bulimia o anorexia.
En estos casos, la báscula puede funcionar como una señal
verde para comer más o menos y en algunos casos, el acto de pesarse puede
buscar la aceptación de su propio cuerpo.
¿Cuál es la
frecuencia adecuada para pesarse? Lo ideal es pesarse semanalmente o a cada
15 días. Pésate en la parte de la mañana, al despertarte, ya que en este
momento el cuerpo aún no ha sufrido alteraciones de peso, como retención de
líquidos y comida.
Para que la comparación de tu peso sea correcta, elija
siempre el mismo día de la semana, la misma ropa y la misma báscula.
Para las mujeres: en los días previos a la menstruación el
cuerpo tiende a hincharse y la diferencia puede llegar hasta 2 kilos, no te
desesperes.
Un saludo.
H.E.V.S







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