El pollo es una fuente de proteínas a la que
es difícil resistirse. Pero cómelo con cabeza
200g al día = INSUFICIENTE
Al contrario de lo que se cree, merece la pena medir la
ingesta de pollo. Si eres un tipo medio, de unos 76 kg, necesitas al menos 200g
cada día.
200g de pollo aportan la cantidad diaria recomendada (CDR)
de proteína: 0,8 g por kilo de peso corporal. Incluso una mínima falta de
proteínas puede impedir que generes tejido muscular. Además de proteínas, el
pollo contiene altos niveles de selenio (39% de la CDR por 100%), un importante
mineral si quieres tener buena descendencia. Estudios de la universidad de
Edimburgo han descubierto que el selenio potencia tu fertilidad.
Este animalito viene además relleno de protectores para el
corazón: un sándwich de pollo consistente aporta el 30% de la CDR de vitamina
B6, la cual duplica tus posibilidades de evitar enfermedades cardíacas con respecto
a aquellos que no comen lo suficiente.
450-550g al día = SUFICIENTE
En esta ocasión, como en otras, llevar las manos a la
pechuga puede ser buena idea. Son más magras que los muslos: 100g de pechuga
aportan 30g de proteínas, con sólo 1g de grasa. Si lo comparamos, por una
ración similar, un filete de carne aporta 15g de grasas saturadas fatales para las
arterias.
El pollo es un claro vencedor. Pero para mejorar los
resultados, quítale la piel antes de comerlo. La grasa saturada adicional que
contiene la piel eleva tu nivel de colesterol, responsable del 27% de las
enfermedades coronarias, según un estudio publicado en la revista
norteamericana Circulation.
Para ganar volumen corporal, toma 2,2g de proteína diarios
por cada kilo de peso corporal. Pero es importante mezclarlo con otras fuentes
de proteína, así que come por ejemplo ensalada con atún para almorzar y pollo a
la plancha para cenar. Para aportar 14g más de proteína por ración. Y para que
quede claro, una bandeja de pollo frito no vale.
550g al día = EXCESIVO
Si vives exclusivamente de pollo estarás arriesgándote a
perder otros beneficios nutricionales. Es de vital importancia no dar de lado
otros recursos proteícos como el pescado, los huevos y la carne roja magra, que
aportan cantidades necesarias de hierro (bueno para el sistema inmunológico) y
B12 (importante para el metabolismo energético).
Hazte un filete de atún a la plancha para cenar y además de
llevarte un aporte proteíco magro, usar una hoja de cálculo y hacer crucigramas
se te dará mejor. Un estudio de la Universidad de Manchester reveló que la vitamina
D, presente en buena cantidad en la carne de atún, afina los procesos mentales.
Un saludo.
Juan Carlos.




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